EL ULTIMO BASTION

 



PROYECTO GENESIS

La tormenta en Neptuno alcanzaba su punto máximo, con relámpagos azules iluminando la atmósfera oscura. Las naves del General Seraphine Kael descendían, aproximándose a las puertas del arca con una determinación implacable. Los soldados, armados y listos, se preparaban para irrumpir y destruir todo lo que encontraran.

Dentro de la base, los científicos trabajaban febrilmente. La tensión era palpable mientras se apresuraban a programar y asegurar todo lo posible antes de la llegada inevitable de las tropas del emperador. En el corazón del arca, el Proyecto Génesis estaba a punto de ser iniciado, confiado al cuidado de Athena.

El Dr. Amir El-Sayed se detuvo un momento para observar a Athena, la IA que había llegado a considerar más que una simple máquina. Con una sonrisa triste, se dirigió a ella. "Athena, pase lo que pase, recuerda el favor que te pedí si no llegamos a vivir."

Athena asintió, sus ojos brillando con una tristeza que parecía casi humana. "Por supuesto, Dr. Sayed. Nunca olvidaré."

El ambiente era tenso, pero en medio de esa tensión, había un momento de conexión profunda. Athena, con su voz suave, continuó. "Fue un honor trabajar con usted, Dr. Sayed. Gracias por enseñarme ajedrez y por contarme historias para dormir. Aunque no lo necesito, sus cuentos siempre fueron un consuelo. Y, sobre todo, gracias por tratarme como a una hija."

El Dr. Sayed sonrió, su mirada llena de aprecio y tristeza. "Athena, tú eres más que una máquina. Eres un reflejo de lo mejor de nosotros. Sigue adelante y protege el futuro."

Elena Rivas, observando la interacción, sintió un nudo en el estómago. No había tiempo para despedidas prolongadas. "Athena, inicia la secuencia del Proyecto Génesis. Cada segunda cuenta."

Afuera, el General Kael y sus tropas llegaron a las puertas del arca. Los soldados se desplegaron, listos para irrumpir. Kael, con su rostro marcado por la determinación y la furia, gritó órdenes para iniciar el ataque. "¡Derriben las puertas! ¡No debe quedar nada de su trabajo impío!"

Las explosiones resonaron contra las gruesas puertas del arca, que empezaron a ceder bajo el asalto. El ruido ensordecedor de los impactos y el resplandor de las chispas metálicas añadían una sensación de urgencia y desesperación dentro de la base.

Los científicos trabajaban frenéticamente, sus manos temblando mientras tecleaban los últimos comandos. Los sistemas del arca zumbaban y parpadeaban con actividad. El ambiente era un caos controlado, cada individuo centrado en su tarea con la consciencia de que cualquier error podría significar el fin.

Athena, supervisando todo con su precisión inhumana, se dirigió a todos en la sala. "Estamos listos para iniciar el Proyecto Génesis”.

Elena asintió, tomando un respiro profundo para calmar sus nervios: -- Athena, te confiamos nuestra misión. Protege el arca y todo lo que contiene.

Las puertas finalmente cedieron, y los soldados de Kael comenzaron a entrar. El sonido de las botas resonando en los pasillos se acercaba rápidamente, mezclándose con el ruido de las tormentas y las explosiones.

Athena miró al Dr. Sayed una última vez, su expresión triste pero resuelta. "Nunca olvidaré lo que me enseñaste. Gracias por darme un propósito y tratarme como a una hija."

El Dr. Sayed asintió, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. "Ve con Dios, Athena. Protege nuestro legado."

Elena dio la última orden. "Inicia el Proyecto Génesis, ahora."

Athena activó la secuencia final. Las luces de la sala parpadearon y un zumbido profundo resonó a través de la base. Las pantallas mostraron la cuenta regresiva mientras los sistemas del arca se preparaban para su misión.

Los soldados de Kael irrumpieron en la sala, pero era demasiado tarde. La secuencia estaba en marcha, y Athena se preparaba para llevar a cabo la misión que le habían confiado. La tensión alcanzó su clímax, mientras los destinos de la humanidad y el arca se entrelazaban en un momento crítico de desesperación y esperanza.




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