CARTA CON ARENA ROJA

 

                                                                                        Planitia Borealis Planeta marte mayo del 2024

Querido Hermano 
Carlos Balam: 

Vuestra misiva, como un relicario del pasado, ha sido un tesoro inesperado en este mundo marciano de maquinaria y progreso. En estos tiempos donde los relojes se sincronizan con precisión y las comunicaciones viajan a la velocidad de la luz, la nostalgia por las épocas donde las postales eran los mensajeros de las almas y los números telefónicos se escribían en el corazón, se cierne sobre mí como una niebla melancólica.

 

Ya no es menester portar agendas de direcciones ni recitar de memoria los números de teléfono, pues la modernidad nos ha obsequiado con dispositivos que atesoran toda la información del mundo en el hueco de la mano. Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos que nos rodean, la magia de recibir una postal impresa con letras manuscritas y paisajes pintorescos no ha perdido su encanto.

 

Al leer vuestras líneas, me vi transportado a un mundo donde el tiempo transcurre con la lentitud de un reloj de arena y la distancia se desvanece ante la cercanía del corazón. En este lejano planeta rojo, donde el silencio del espacio es solo interrumpido por el susurro del viento marciano, vuestra postal ha traído consigo un destello de hogar y una brisa de familiaridad.

 

Aunque nuestros caminos se hayan separado por océanos de estrellas y vastas extensiones de espacio vacío, vuestra presencia se ha hecho sentir a través de las palabras escritas con tinta sobre papel. Os agradezco por compartir conmigo un pedacito de vuestro mundo, por permitirme ser testigo de vuestras aventuras en la vastedad del cosmos.

 Que la llama de la amistad y el vínculo de la familia sigan ardiendo con la misma intensidad que las estrellas en el firmamento, uniendo nuestros corazones más allá de las fronteras del espacio y el tiempo. Te mando una foto de la finca que tenemos en marte tomada por un dron de vigilancia de meteoritos en esta época del año abundan la lluvia de estos, le puse de nombre Santa Julia, por el recuerdo de la que tenía nuestra familia hace varios lustros en el planeta tierra. Recuerda que cada postal siempre estará con un verso de mi libro favorito. 

Con gratitud y afecto sinceros,


Tu hermano

Sebastián Quej



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