LA GUERRA LLEGO A LA ARENA DE LA LUNA



Mar de la tranquilidad Satélite Lunar mayo del 2024

 

Sebastián Quej:

 

Es con un corazón pesado que te escribo en este día, pues el cielo lunar se ha llenado de una presencia que nos ha dejado a todos sin aliento. Acaban de llegar a nuestra querida Luna las primeras naves de reclutamiento, y su llegada ha sembrado el temor y la incertidumbre entre nosotros.

 

Imagina, querido amigo, la escena que se ha desplegado sobre el paisaje lunar: naves imponentes, con un diseño que parece sacado de las páginas de una novela de ciencia ficción, descendiendo lentamente del firmamento como heraldos de un destino sombrío. Su apariencia, tan diferente de cualquier cosa que hayamos visto antes, nos ha hecho preguntarnos si no son visitantes de tierras lejanas, extraterrestres que han llegado a nuestra Luna con un propósito desconocido.

 

El rumor se ha extendido como una marea entre nuestras comunidades, alimentando el temor y la especulación sobre el propósito de estas misteriosas naves. ¿Son aliados enviados para protegernos de los estragos de la guerra civil en la Tierra, o son heraldos de un destino aún más sombrío? Las respuestas a estas preguntas siguen siendo un misterio, mientras las naves reposan silenciosas sobre el suelo lunar, como guardianes silentes de un futuro incierto.


Me recuerda a tu libro favorito de adolescente, ese de H.G. Wells, de naves provenientes de marte para invadir el suelo terráqueo. La imagen es parecida a las naves de la guerra de los mundos, me recuerda mucho a ese pasaje donde estas llegan a la tierra se entierran en el suelo para posteriormente salir a la superficie y destruir todo a su paso.   Nos encontramos en un momento de gran incertidumbre y preocupación, querido hermano. La sombra de la guerra civil en la Tierra se cierne sobre nosotros, y el temor a lo desconocido nos embarga a todos. Rezo para que la paz encuentre su camino entre nosotros y que nuestros hogares en la Luna permanezcan a salvo de los horrores que asolan la Tierra.

 

Con afecto y solidaridad,

 

Tu hermano

Carlos Balam

 

 

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